“Si un Rachid, Magyd o Karim hace algo positivo, decimos que se integra. Si se llama François, que tiene éxito”

Magyd Cherfi (Toulouse, 1962), además de cantante en solitario y exmiembro de la banda Zebda, es un hombre político, un veterano militante de la izquierda de base que ha tratado siempre de unir la denuncia de la discriminación y la xenofobia con la reivindicación de sus raíces argelinas y la complicidad con la juventud abandonada en las banlieues por el estado francés. Lo que no sabíamos es lo que él tampoco se había atrevido a decir de esta manera hasta ahora.
Tras los atentados terroristas de París, ha sorprendido a muchos publicando en Libération una emotiva columna en la que declaraba su amor a la república y aseguraba que nunca se había sentido tan francés como ahora. Le hemos llamado a su casa de Toulouse para hablar con él de identidad nacional, libertades, miedo y paz.
Magyd, dices que acabas de nacer como francés, pero tú ya eres francés, tú naciste en Toulouse hace 53 años.
Yo soy hijo de argelinos. Mi historia se construye en torno a la segregación que vivieron mis padres. Ellos han vivido toda la vida con miedo. A los niños nos decían ‘los franceses no nos quieren, nosotros tampoco a ellos, estamos en su casa, no en nuestra casa’. Mi padre me enseñó a ocultar lo que pensaba por miedo a que nos expulsaran.
¿Este miedo cuándo acabó para ti?
Durante mi juventud viví así. Poco después tomé conciencia y me dije ‘Soy francés, ¿por qué tengo que tener miedo?’. Ese creo que es el combate interior. Somos franceses, de origen argelino, marroquí, tunecino, senegalés, malienses, pero franceses.
Eso es, franceses con carte d’identité francesa.
Esa es la dificultad. Tienes todos los derechos, te dan un carnet, pero todavía no estás en tu casa.
En tu columna dices que hay veces en que preferirías llamarte Dupont que Magyd.
Es así, es mi manera de decir tras estos crímenes al resto de franceses que una persona de cultura musulmana como yo, y muchos como yo, estamos con ellos en este momento de dolor. Estoy orgulloso de llamarme Magyd, es solo mi manera de decir que soy francés, que estoy con Francia, de que estamos todos juntos contra el enemigo totalitario. Estamos todos juntos contra el enemigo totalitario
En Zebda tenías una canción sobre la frase que Jacques Chirac utilizó sobre el “ruido y el olor” para atacar a los migrantes. Allí decías que a Francia le gustan deportistas de origen inmigrado como el tenista Yannick Noah o el futbolista Basile Boli pero solo cuando ganan. Karim Benzema, francés de padres argelinos como tú, dijo una vez una frase tremenda: «cuando marco goles con la selección soy francés, cuando no marco, soy árabe.
Cuando te llamas Rachid, Magyd o Karim tienes que estar probando constantemente que eres un buen francés. Cuando Rachid, Magyd o Karim hace algo positivo, decimos que se integra. Si se llama François, decimos que tiene éxito. Hay desigualdad incluso en las palabras. Esta es parte de la desigualdad de nuestra república, que debería consagrar la igualdad de derechos.
¿Por qué hay adolescentes franceses que prefieren llevar una camiseta de Argelia, Marruecos o Túnez, el país de sus padres o abuelos, antes que una de Francia?
Muchos de estos chicos buscan su identidad fuera porque Francia no les acaba de dar la bienvenida en realidad.
¿Qué sociedad crees que quiere mayoritariamente Francia?
Esta es la pregunta que debemos hacernos. Si Francia quiere una sociedad blanca, católica y secular, ¿qué deben hacer algunos, cambiarse el apellido, cambiar de piel, hacerse católicos? Yo desde luego defiendo una república cosmopolita. ¿Seremos capaces de asumir que aquí hay religiones y colores diferentes? Porque de momento no es verdad que vivamos juntos.
Algunos medios hablan de los barrios periféricos de las grandes ciudades como de semilleros de fundamentalismo, pero ¿qué les falta a los chavales de las banlieues, en qué les ha fallado la república?
Esta nación no tiene un símbolo que represente el espíritu multicultural de su realidad. Francia es La Marsellesa. La bandera azul, blanca y roja. El 14 de julio. Son símbolos blancos. Necesitamos símbolos para esta nueva sociedad francesa. Muchos franceses tienen miedo de perder la cultura, las cruces, las iglesias, y no se trata de eso, sino de conservarlos pero añadir otros símbolos en los que muchos jóvenes puedan reconocerse. Y, sobre todo, Francia necesita garantizar los derechos de igualdad de estos chicos y chicas.
Magyd, ¿por qué a pesar de todos los desperfectos de los que estamos hablando has declarado tu amor a Francia?
Necesitamos ser ciudadanos, necesitamos un estado, una nación, una familia. Yo he nacido en Francia, es este país el que me ha educado. Debemos criticarla porque como estamos diciendo este país no es el paraíso, pero hay momentos como este extremadamente peligrosos en los que Francia necesita que la protejamos. Si se ataca a la libertad, como así ha sido, yo me siento atacado. Este país es el mío, yo le quiero y creo que los valores republicanos deben ser defendidos ante unos asesinos cuyo objetivo es matar a toda la humanidad. Matarnos a todos.
Asistimos a continuas llamadas a que la comunidad musulmana condene los atentados. Además de desplegar una gigantesca presunción de culpabilidad sobre ella, ¿no significa esto dar por hecho que hay una única comunidad de musulmanes?
Gran parte de los musulmanes están perdidos, no saben de quién fiarse. ¿Qué es el Islam moderado? ¿Qué es el Islam radical? Toda esta amalgama parece haberse convertido en un mundo de terror.
¿Hay solución para ese embrollo?
Creo que hace falta un Islam moderno, hacen falta estados modernos en el mundo árabe, no gobiernos autoritarios ni dictaduras religiosas.
¿Eres optimista?
Creo que esto va a durar mucho. Creo que va a haber más asesinatos, más atentados. El espacio musulmán debe acceder a la modernidad y el espacio occidental debe acceder a la multiculturalidad.
Me temo que mientras tanto el máximo beneficiario político es el Frente Nacional.
Totalmente. Están esperando las elecciones regionales y las presidenciales. Y se van a beneficiar de esto. Pero si ganan, si Marine Le Pen llega a ser presidenta de Francia, nosotros presentaremos resistencia democrática y trataremos de devolver a la república a donde debe estar.
¿Tienes miedo de que eso ocurra?
No, precisamente no tenemos que tener miedo. Muchos franceses tienen miedo de los árabes, de los inmigrantes, de los musulmanes, de la identidad europea, de todo. El FN asegura que les va a salvar de todo eso. Francia no debe tener miedo.
¿Por qué te sientes tan francés?
Se puede ser francés porque se habla francés, porque se tiene una carte d’identité francesa, porque se ha nacido en Francia. Yo soy francés porque tengo los valores de la república. Esta nación me lo ha dado todo. Yo me he beneficiado de sus libertades, me ha permitido ser un hombre libre. Soy un hijo de la república.
Me parece estar oyendo La Marsellesa.
Es que yo por ejemplo he tenido ganas de cantar La Marsellesa cuando Francia ha acogido refugiados de Siria. Si fuera una relación sentimental entre humanos, sería una muy complicada, casi de amor-odio. Yo lo veo como un movimiento permanente. La mía es una identidad en movimiento.
[Esta entrevista se publicó originalmente en noviembre de 2015 en PlayGround Mag]